Lectio Divina del Salmo 91: Protección Divina
1. Lectura (Lectio)
Lee el Salmo 91 lentamente, dejando que las palabras penetren en tu corazón. Observa cómo se presenta a Dios como un refugio y protector.
2. Meditación (Meditatio)
Profundiza en las promesas y metáforas del salmo, considerando su significado espiritual.
Dios como Refugio y Fortaleza
- Versículo 1-2: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso. Diré yo al SEÑOR: Refugio mío y castillo mío, mi Dios en quien confío”. Medita sobre la seguridad y protección que se encuentra en Dios. Reflexiona sobre cómo Él es tu refugio y fortaleza en tiempos de dificultad.
- Versículo 9-10: “Porque al SEÑOR, que es mi refugio, al Altísimo, has puesto como tu morada, no te sobrevendrá mal ni la plaga se acercará a tu tienda”. Considera cómo Dios te guarda y protege cuando haces de Él tu morada. Piensa en momentos en los que has experimentado su protección.
Ángeles como Guardianes
- Versículo 11-12: “Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti para que te guarden en todos tus caminos. En sus manos te llevarán de modo que tu pie no tropiece en piedra”. Medita sobre cómo Dios envía a sus ángeles para cuidarte y guiarte. Reflexiona sobre la seguridad que brinda saber que eres acompañado y protegido.
Poder sobre el Mal
- Versículo 13: “Sobre el león y la cobra pisarás; hollarás al leoncillo y a la serpiente”. Considera cómo Dios te da autoridad sobre las fuerzas del mal. Piensa en cómo puedes enfrentar las tentaciones y las influencias negativas con la fortaleza que Dios provee.
- Versículo 14-16: “Porque en mí ha puesto su amor, yo lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Él me invocará, y yo le responderé; con él estaré en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré; lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación”. Medita sobre las promesas de Dios de liberación, gloria y salvación para aquellos que lo aman y confían en Él. Reflexiona sobre cómo puedes vivir en la seguridad de estas promesas.
3. Oración (Oratio)
Señor, mi refugio y mi fortaleza, te alabo y te doy gracias por tu protección y cuidado. En ti encuentro seguridad y paz en medio de las tormentas de la vida.
Te pido que me ayudes a morar siempre bajo tu sombra, confiando en tu amor y poder. Que tus ángeles me guarden y me libren de todo mal. Fortaléceme para enfrentar las tentaciones y las influencias negativas con la autoridad que me das en Cristo.
Ayúdame a vivir en la seguridad de tus promesas, sabiendo que me amas, me glorificarás y me mostrarás tu salvación. Que mi vida sea un testimonio de tu fidelidad y poder. Amén.
4. Contemplación (Contemplatio)
Contempla la grandeza y el amor de Dios revelados en este salmo. Permite que las palabras se graben en tu corazón y transformen tu manera de ver la vida. Descansa en la certeza de que Dios es tu refugio y protector.
Acción (Actio)
Resuelve vivir cada día confiando en la protección de Dios. Cuando enfrentes dificultades o tentaciones, recuerda las promesas de este salmo y refúgiate en el amor y poder de Dios. Sé un testimonio vivo de su fidelidad y cuidado en tu vida diaria.